Fisioterapia del Suelo Pélvico
Un suelo pélvico íntegro es fundamental para el día a día. Es de los primeros músculos que se debe contraer al hacer cualquier tipo de movimiento para no dañarnos.
Además, las disfunciones en esta esfera afectan a la calidad de vida de quien las padece dejando de hacer ciertas actividades o modificando hábitos por el miedo a tener pérdidas o sentir dolor.
Afortunadamente, hay más conciencia de cuidado de nuestro suelo pélvico y más conocimiento de que es algo que se puede y se debe tratar.
En qué te podemos ayudar:
Incontinencia urinaria
Es la pérdida involuntaria de orina normalmente asociada a un esfuerzo (IUE), en un momento de urgencia (IUU) o ambas (IU mixta).
La IUE suele estar asociada a una debilidad de la musculatura del suelo pélvico pero muchas veces lo que ocurre es una sobrepresión sobre este y al tener esa saturación cede.
La IUU se debe a una hiperactividad del músculo de la vejiga, el detrusor. Unos malos hábitos a la hora de orinar pueden ir generando esta hiperactividad. Si vamos a orinar sin que nuestro cuerpo nos lo pida, por ejemplo porque vamos a salir y no volvemos hasta tarde, a la larga nuestro cuerpo va a interpretar que no puede llenar la vejiga tanto y va a dar la señal de ir a orinar sin que la vejiga esté llena.
Nuestro tratamiento: depende del tipo de incontinencia que sea. En ambas es imprescindible ver el reparto de la carga en el cuerpo, la correcta dinámica respiratoria, una buena movilidad visceral (todo esto quitará la sobrepresión del suelo pélvico), una correcta biomecánica de la pelvis (hará que la musculatura esté en su posición correcta y con su tono base correcto) y una vez dejando todo en condiciones óptimas, valorar la musculatura del suelo pélvico.
Habrá casos en los que haya que fortalecer, habrá casos en los que haya que relajar y habrá casos en los que simplemente habiendo quitado la sobrepresión se recupera la función.
En el caso de la incontinencia de urgencia hay que relajar la sobreactivación del detrusor mediante la estimulación del nervio tibial posterior (en la pierna) y readaptar poco a poco las veces en las que se va al baño con un diario miccional.
Vejiga hiperactiva
Se debe a una hiperactividad del músculo de la vejiga, el detrusor. Unos malos hábitos a la hora de orinar pueden ir generando esta hiperactividad. Si vamos a orinar sin que nuestro cuerpo nos lo pida, por ejemplo porque vamos a salir y no volvemos hasta tarde, a la larga nuestro cuerpo va a interpretar que no puede llenar la vejiga tanto y va a dar la señal de ir a orinar sin que la vejiga esté llena.
En ocasiones está mal diagnosticada y no es tanto urgencia por contracción del detrusor si no una sobrepresión de la vejiga, por ejemplo, si la sensación de urgencia o pérdida va asociada a un cambio de posición.
Nuestro tratamiento: comprobar el reparto de carga en el cuerpo, la dinámica respiratoria, la movilidad visceral (todo esto quitará la sobrepresión en la pelvis menor), comprobar la correcta biomecánica de la pelvis (hará que la musculatura esté en su posición correcta y con su tono base correcto) y una vez dejando todo en condiciones óptimas, valorar la musculatura del suelo pélvico.
Para relajar la sobreactivación del detrusor utilizaremos la estimulación del nervio tibial posterior (en la pierna). También debemos readaptar poco a poco las veces en las que se va al baño con un diario miccional.
Incontinencia gases
Incontinencia fecal
Dolor pélvico
Se define como dolor en la parte baja del abdomen. Desde el punto de vista médico puede ser debido a patologías como la endometriosis o el síndrome de ovario poliquístico.
Dentro de nuestro campo, sea cual sea la causa que lo provoque lo asociamos a una congestión o estado inflamatorio. Hay que prestar atención por una parte a la correcta motilidad intestinal, ya que el colon sigmoides es la “tapa” de las vísceras pélvicas y por ejemplo un estreñimiento puede repercutir en ellas.
Por otro lado, una mala movilidad visceral, un mal aporte sanguíneo o un mal drenaje va a generar la inflamación y congestión de la que hablamos y con ella aparecerá el dolor.
Cabe destacar que cualquier estado inflamatorio del cuerpo va a ser peor si existe una inflamación crónica de base sostenida por una mala alimentación.
Nuestro tratamiento: comprobar la correcta movilidad visceral del área, comprobar la dinámica respiratoria y valorar la movilidad de la pelvis.
Neuralgia del pudendo
Es la irritación del nervio que da la sensibilidad y la activación a la musculatura superficial del suelo pélvico (el pudendo). Como síntomas puede haber dolor o quemazón en el clítoris, el periné y el ano, vaginismo o incapacidad de llegar al orgasmo (ya que la musculatura superficial tiene la función sexual).
Puede aparecer por presión mantenida, como la bici o la equitación pero muchas veces va asociada al parto por un sobreestiramiento).
Nuestro tratamiento: de primeras comprobar la dinámica respiratoria y la movilidad visceral y de la pelvis. Después el tratamiento de las zonas de paso del nervio: piramidal, espina ciática y canal de Alcock.
En el caso de un sobreestiramiento del nervio el tratamiento irá dirigido a mejorar las condiciones que rodean al nervio para que pueda recuperarse lo más pronto posible pero la recuperación total la dará el tiempo.
Dismenorrea
Dolor en la zona abdominal baja con la aparición de la regla. Sentir un cierto malestar que te permita seguir con tu día a día es normal pero si es un dolor incapacitante no es normal y se puede mejorar aunque no lo digan.
El dolor aparece por la inflamación de la zona. Si hay una mala movilidad en el complejo sacro-recto-útero-vejiga o hay una mala apertura del cuello del útero va a generar una congestión en la zona que no se va a poder drenar, acumulándose cada vez más y dando dolor.
Por otra parte puede aparecer dolor por la mala degradación de los estrógenos en el hígado porque tenga una saturación en sus diversas funciones. En este caso puede que tengas diarrea o más ganas de hacer pis.
También es importante recordar que cualquier inflamación aguda va a tener peor respuesta y resolución si existe un problema base de inflamación crónica mantenida por una mala alimentación.
Nuestro tratamiento: movilizar la pelvis, movilizar el útero y las vísceras relacionadas él (puede ser de forma externa pero también puede ser vía interna si la paciente quiere porque no se dan los resultados esperados), movilizar las partes de la columna relacionadas con los nervios que harán posible la apertura del cuello del útero, movilizar el hígado para mejorar su movilidad y así ayudarle con su función. Dar recomendaciones alimentarias o derivar a un nutricionista en determinados casos.
Dispareunia
Vaginismo
Preparación al parto
El cuerpo de la mujer experimenta muchos cambios durante el embarazo. Normalmente el primer trimestre son cambios menos notables desde el punto de vista biomecánico, el segundo trimestre es el de “bienestar” debido a cantidad de elastina que genera el cuerpo y el tercero es el de sobrecarga.
Si durante el embarazo no se experimenta ninguna molestia, sería aconsejable al menos revisar un par de semanas antes de la fecha probable de parto la correcta movilidad de la pelvis y el tono muscular del suelo pélvico así como para dar consejos de cara a la dilatación y al expulsivo.
Nuestro tratamiento: revisar la movilidad de la columna, pelvis y caderas, revisar la movilidad del útero (la tripa), valorar la musculatura del suelo pélvico relajando posibles puntos gatillo o aumentos del tono. Normalmente también hacemos el masaje perineal, enseñándoselo a la paciente o a quien vaya a hacérselo.
Enseñar técnicas para disminuir el dolor durante la dilatación y posturas que ayuden en el proceso y enseñar cómo contraer correctamente en el expulsivo.
Rehabilitación postparto
¿Cuánto se debe esperar para comenzar la rehabilitación postparto? Pues depende del objetivo que se persiga.
- Desde el parto hasta la cuarentena: el objetivo será disminuir la inflamación y el edema, valorar la movilidad de la pelvis y coxis, evitar la aparición de estreñimiento, prevenir la mastitis y mejorar el drenaje y aporte sanguíneo de la pelvis mejor para disminuir el dolor y ayudar a su recuperación.
- Después de la cuarentena o cerca de ella si la paciente tiene buena evolución: el objetivo es tratar las disfunciones que hayan aparecido como incontinencia, prolapsos, estreñimiento, dolor, disfunciones sexuales… Así como trabajar las cicatrices si las hubiera (cesárea y episiotomía).
Nuestro tratamiento: drenaje linfático, movilización visceral, movilización articular de la pelvis, valoración del suelo pélvico, reeducación de la contracción, valoración de diástasis. Tratamiento de cicatrices. Hacer una progresión de ejercicios para recuperar la función y estabilización lumbopélvica.
Cicatrices: cesárea y epistomía
Incontinencia urinaria
Es la pérdida involuntaria de orina normalmente asociada a un esfuerzo (IUE), en un momento de urgencia (IUU) o ambas (IU mixta).
La IUE suele estar asociada a una debilidad de la musculatura del suelo pélvico pero muchas veces lo que ocurre es una sobrepresión sobre este y al tener esa saturación cede.
La IUU se debe a una hiperactividad del músculo de la vejiga, el detrusor. Unos malos hábitos a la hora de orinar pueden ir generando esta hiperactividad. Si vamos a orinar sin que nuestro cuerpo nos lo pida, por ejemplo porque vamos a salir y no volvemos hasta tarde, a la larga nuestro cuerpo va a interpretar que no puede llenar la vejiga tanto y va a dar la señal de ir a orinar sin que la vejiga esté llena.
Nuestro tratamiento: depende del tipo de incontinencia que sea. En ambas es imprescindible ver el reparto de la carga en el cuerpo, la correcta dinámica respiratoria, una buena movilidad visceral (todo esto quitará la sobrepresión del suelo pélvico), una correcta biomecánica de la pelvis (hará que la musculatura esté en su posición correcta y con su tono base correcto) y una vez dejando todo en condiciones óptimas, valorar la musculatura del suelo pélvico.
Habrá casos en los que haya que fortalecer, habrá casos en los que haya que relajar y habrá casos en los que simplemente habiendo quitado la sobrepresión se recupera la función.
En el caso de la incontinencia de urgencia hay que relajar la sobreactivación del detrusor mediante la estimulación del nervio tibial posterior (en la pierna) y readaptar poco a poco las veces en las que se va al baño con un diario miccional.
Vejiga hiperactiva
Se debe a una hiperactividad del músculo de la vejiga, el detrusor. Unos malos hábitos a la hora de orinar pueden ir generando esta hiperactividad. Si vamos a orinar sin que nuestro cuerpo nos lo pida, por ejemplo porque vamos a salir y no volvemos hasta tarde, a la larga nuestro cuerpo va a interpretar que no puede llenar la vejiga tanto y va a dar la señal de ir a orinar sin que la vejiga esté llena.
En ocasiones está mal diagnosticada y no es tanto urgencia por contracción del detrusor si no una sobrepresión de la vejiga, por ejemplo, si la sensación de urgencia o pérdida va asociada a un cambio de posición.
Nuestro tratamiento: comprobar el reparto de carga en el cuerpo, la dinámica respiratoria, la movilidad visceral (todo esto quitará la sobrepresión en la pelvis menor), comprobar la correcta biomecánica de la pelvis (hará que la musculatura esté en su posición correcta y con su tono base correcto) y una vez dejando todo en condiciones óptimas, valorar la musculatura del suelo pélvico.
Para relajar la sobreactivación del detrusor utilizaremos la estimulación del nervio tibial posterior (en la pierna). También debemos readaptar poco a poco las veces en las que se va al baño con un diario miccional.
Incontinencia gases
Incontinencia fecal
Dolor pélvico
Se define como dolor en la parte baja del abdomen. Desde el punto de vista médico puede ser debido a patologías como la endometriosis o el síndrome de ovario poliquístico.
Dentro de nuestro campo, sea cual sea la causa que lo provoque lo asociamos a una congestión o estado inflamatorio. Hay que prestar atención por una parte a la correcta motilidad intestinal, ya que el colon sigmoides es la “tapa” de las vísceras pélvicas y por ejemplo un estreñimiento puede repercutir en ellas.
Por otro lado, una mala movilidad visceral, un mal aporte sanguíneo o un mal drenaje va a generar la inflamación y congestión de la que hablamos y con ella aparecerá el dolor.
Cabe destacar que cualquier estado inflamatorio del cuerpo va a ser peor si existe una inflamación crónica de base sostenida por una mala alimentación.
Nuestro tratamiento: comprobar la correcta movilidad visceral del área, comprobar la dinámica respiratoria y valorar la movilidad de la pelvis.
Neuralgia del pudendo
Es la irritación del nervio que da la sensibilidad y la activación a la musculatura superficial del suelo pélvico (el pudendo). Como síntomas puede haber dolor o quemazón en el clítoris, el periné y el ano, vaginismo o incapacidad de llegar al orgasmo (ya que la musculatura superficial tiene la función sexual).
Puede aparecer por presión mantenida, como la bici o la equitación pero muchas veces va asociada al parto por un sobreestiramiento).
Nuestro tratamiento: de primeras comprobar la dinámica respiratoria y la movilidad visceral y de la pelvis. Después el tratamiento de las zonas de paso del nervio: piramidal, espina ciática y canal de Alcock.
En el caso de un sobreestiramiento del nervio el tratamiento irá dirigido a mejorar las condiciones que rodean al nervio para que pueda recuperarse lo más pronto posible pero la recuperación total la dará el tiempo.
Dismenorrea
Dolor en la zona abdominal baja con la aparición de la regla. Sentir un cierto malestar que te permita seguir con tu día a día es normal pero si es un dolor incapacitante no es normal y se puede mejorar aunque no lo digan.
El dolor aparece por la inflamación de la zona. Si hay una mala movilidad en el complejo sacro-recto-útero-vejiga o hay una mala apertura del cuello del útero va a generar una congestión en la zona que no se va a poder drenar, acumulándose cada vez más y dando dolor.
Por otra parte puede aparecer dolor por la mala degradación de los estrógenos en el hígado porque tenga una saturación en sus diversas funciones. En este caso puede que tengas diarrea o más ganas de hacer pis.
También es importante recordar que cualquier inflamación aguda va a tener peor respuesta y resolución si existe un problema base de inflamación crónica mantenida por una mala alimentación.
Nuestro tratamiento: movilizar la pelvis, movilizar el útero y las vísceras relacionadas él (puede ser de forma externa pero también puede ser vía interna si la paciente quiere porque no se dan los resultados esperados), movilizar las partes de la columna relacionadas con los nervios que harán posible la apertura del cuello del útero, movilizar el hígado para mejorar su movilidad y así ayudarle con su función. Dar recomendaciones alimentarias o derivar a un nutricionista en determinados casos.
Dispareunia
Vaginismo
Preparación al parto
El cuerpo de la mujer experimenta muchos cambios durante el embarazo. Normalmente el primer trimestre son cambios menos notables desde el punto de vista biomecánico, el segundo trimestre es el de “bienestar” debido a cantidad de elastina que genera el cuerpo y el tercero es el de sobrecarga.
Si durante el embarazo no se experimenta ninguna molestia, sería aconsejable al menos revisar un par de semanas antes de la fecha probable de parto la correcta movilidad de la pelvis y el tono muscular del suelo pélvico así como para dar consejos de cara a la dilatación y al expulsivo.
Nuestro tratamiento: revisar la movilidad de la columna, pelvis y caderas, revisar la movilidad del útero (la tripa), valorar la musculatura del suelo pélvico relajando posibles puntos gatillo o aumentos del tono. Normalmente también hacemos el masaje perineal, enseñándoselo a la paciente o a quien vaya a hacérselo.
Enseñar técnicas para disminuir el dolor durante la dilatación y posturas que ayuden en el proceso y enseñar cómo contraer correctamente en el expulsivo.
Rehabilitación postparto
¿Cuánto se debe esperar para comenzar la rehabilitación postparto? Pues depende del objetivo que se persiga.
- Desde el parto hasta la cuarentena: el objetivo será disminuir la inflamación y el edema, valorar la movilidad de la pelvis y coxis, evitar la aparición de estreñimiento, prevenir la mastitis y mejorar el drenaje y aporte sanguíneo de la pelvis mejor para disminuir el dolor y ayudar a su recuperación.
- Después de la cuarentena o cerca de ella si la paciente tiene buena evolución: el objetivo es tratar las disfunciones que hayan aparecido como incontinencia, prolapsos, estreñimiento, dolor, disfunciones sexuales… Así como trabajar las cicatrices si las hubiera (cesárea y episiotomía).
Nuestro tratamiento: drenaje linfático, movilización visceral, movilización articular de la pelvis, valoración del suelo pélvico, reeducación de la contracción, valoración de diástasis. Tratamiento de cicatrices. Hacer una progresión de ejercicios para recuperar la función y estabilización lumbopélvica.
Cicatrices: cesárea y epistomía
Preguntas frecuentes
¿Cómo es nuestra forma de trabajar?
Es normal que sientas vergüenza o cierto miedo cuando acudes a una sesión de suelo pélvico, pero no tienes de qué preocuparte. La persona que te atienda lo hará desde el máximo respeto, explicándote lo que va a hacer y preguntándote qué tal vas. Si no estás preparada o no estás a gusto se puede modificar el tratamiento. Lo importante es que estés lo más cómoda posible y haya un ambiente de confianza para conseguir un tratamiento exitoso.
Dependiendo del motivo de consulta y lo que nos encontremos en la valoración, tratamos con técnicas manuales y ejercicios.
En casos de mala propiocepción utilizamos biofeedback para que sepáis qué contraer y cómo hacerlo y en casos de que esté demasiado debilitado podemos utilizar electroestimulación para ayudar a contraer.
¿Cómo es una primera sesión?
Sea cual sea tu problema de suelo pélvico, primero hay que valorar otras estructuras que lo van a condicionar.
- Valoraremos la postura general de tu cuerpo para ver qué tal repartes las presiones y cómo está tu línea de gravedad.
- Testaremos qué tal está tu diafragma ya que es un músculo que actúa de la mano con el suelo pélvico.
- Evaluaremos las vísceras abdominales para saber si están ejerciendo un exceso de presión sobre la esfera pélvica o le impiden su correcta movilidad.
- Comprobaremos el control motor que tienes para activar la faja abdominopélvica.
Una vez terminada la exploración externa, procederemos a la valoración intracavitaria. Para ello es necesario la firma de un consentimiento informado.
Nuestro objetivo va a ser evaluar la zona como si fuera un músculo más, viendo si hay zonas de restricción y ver qué tal es su contracción. También podemos evaluar si hay zonas de congestión (que puedan causar dolor) o si hay alguna pérdida de movilidad.
Puede que en una primera sesión ni lleguemos a explorar internamente porque tengas cosas más importantes que corregir antes de valorar el suelo pélvico. No olvides que el cuerpo es todo uno y que una zona puede tener repercusión en otra.
Por ejemplo, si tu diafragma y tus vísceras abdominales no ascienden bien, de nada sirve que note mala contracción del suelo pélvico porque es el que está soportando lo que no son capaces de hacer los otros. Si se trabaja primero su correcta movilidad puede incluso que no haga falta tratar el suelo pélvico.